viernes, 6 de febrero de 2009

Lo que teníamos en Guareña por el siglo XVIII


Rebuscando en nuestros archivos encontramos algunos datos curiosos que tenía Guareña allá en el siglo XVIII. Para ponernos en situación, enumeramos a qué se dedicaban nuestros paisanos en aquél entonces. Existían 19 vecinos nobles, 152 labradores, 56 ganaderos (tanto mayorales como zagales), 9 pobres de solemnidad, 2 tenderos, un guarda de montes, un médico titular, 2 boticarios sin salario, 8 harineros, 6 barberos y sangradores, 2 pescadores, 8 zapateros (los maestros cobraban 5 reales al día, mientras que los oficiales dos reales y medio), un regidor de reloj, 3 herradores, 2 sastres, 20 hombres voluntarios de Aragón para persecución de contrabandistas y malhechores, 4 carpinteros, 2 abogados, 11 cofradías, 63 capellanes, 4 dependientes de la Inquisición, un administrador de tabaco, y 2 sacristanes.
Los oficios públicos los pagaba la villa de 500 ducados por razón de alimentos, así al que regía el reloj 170 reales, al maestro de niños 200 reales, a la comadre 100 reales, etc.
Por este siglo había en Guareña 510 casas, destacando la del Ayuntamiento, reedificada con su cárcel, no estando perfeccionados sus altos, y con las calles de la localidad en necesidad de empedrarse, que todas andan de tierra y piedras, pero están limpias, llanas y de una anchura regular.
Algunas de las infrestructuras más destacadas son: Molinos harineros, hay varios en el arroyo La Cuesta de corta producción que sólo muelen cuando por abundancia de agua tienen que estar parados otros de don Pedro Campos y el de la Isla de Cordero; tres tahonas en la calle Malfeitos y en la calle Cementerio; una taberna de vino y aguardiente; un abasto de aceite y otro de jabón; una carnicería; dos mesones en calle Hornillos y el otro en calle Derecha; dos tiendas al por menor en Estacada y Grande; un hospital llamado de las Cinco Llagas, para pobres enfermos cuyo patrono era el Obispo; un colegio en el que hay 6 mujeres que se mentienen de su trabajo y dos fanegas de tierra, llamado Nª Sª de la Encarnación o colegio de las Recogidas, fundando por el Obispo en 1736, donde sólo se recibían mujeres de virtud; no hay cementerio, siendo necesario construirlo y siendo buen sitio contiguo a la iglesia en la parte norte; cuatro posadas; una gran iglesia Nª Sª de la Asunción de vistas largas desde toda la comarca; cuatro ermitas sin ermitaño, al cuidado de los cofrades, Santos Mártires San Fabián y San Sebastián en la zona del mediodía, San Roque en la del levante, San Ginés al norte y la de San Gregorio en el pueblo; una escuela de niños y un estudio de gramática; no se conocen ferias ni mercados; no hay fábrica alguna; no hay seminario ni biblioteca pública; no hay molinos de aceite; y no hay puentes.
Esto es todo cuanto se describe de la villa de Guareña en el siglo XVIII.

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